2007/03/15

La Prueba Cuádruple

Décadas tratando de practicar lo que predicamos...
Maravillosa escuela el Rotarismo... Se nos enseña y se nos pide que la pongamos en practica en todo cuanto PENSAMOS, DECIMOS o HACEMOS. Es una prueba generadora de ideas y proyectos, pues nos "obliga" a pensar en otros caminos cuando surge la duda en alguna de sus respuestas. Y eso es realmente lo difícil de la Prueba. Muchos han escrito al respecto y la encontramos a cada rato en las charlas y articulos rotarios. Cada uno le da su estilo y la presenta en su visión del mundo, pero todos, sin duda, creemos que si la practicasemos con fuerza en todos los ambitos del universo, las cosas serían mejores.
Esta versión que colocamos hoy es tomada de la "Escuelita Rotaria", maravillosa idea formativa que ya tiene varios años ayudandonos a mantener el rumbo.
1 – ¿Es la Verdad? Esta primera pregunta, para ser moderados, podríamos calificarla de presuntuosa. Tendríamos que saber primero qué es LA VERDAD; así, desprovisto el sustantivo de todo complemento que lo relativice, la pregunta no puede ser humanamente contestada. Ese gran humanista que fue GANDHI, dijo: “La Verdad es Dios”. Nosotros, que solamente somos humanos, tendríamos que complementar la pregunta relativizandola con algún aditamento. Veamos: ¿Es la verdad según mi mejor buena fe? ¿Es la verdad desprovista de todo prejuicio y connotación egoísta? ¿Es la verdad según los principios más sanos de la cultura en que me formé? Es fundamental para iniciar con éxito la Prueba Cuádruple, relativizar la pregunta. Sería una prueba de humildad que nos permitirá iniciar correctamente este sencillo ejercicio rotario y nos garantizaría evaluar correctamente los próximos pasos. 2 - ¿Es equitativo para todos los interesados? La intención de esta pregunta es la de obligarnos a hacer proposiciones con tendencia al equilibrio. Podríamos graficarlo con la expresión “con tendencia al empate”. Nadie debe salir dañado; ni siquiera cabe la idea “del daño menor”. Si una de las partes tiene la suficiente fuerza para imponer condiciones, tiene que renunciar a toda esa fuerza y no contentarse con concesiones que solamente la atenúan. Como vemos es una tentación difícil de vencer, pero debemos hacerlo. Corresponde al espíritu de la prueba y nos permitirá alcanzar otros objetivos, los cuales no sólo están marcados por la ética, sino que nos hablan de la comprensión entre las naciones, pasando por los individuos que las componen, tal como nos pide Rotary. 3 - ¿Creará buena voluntad y mejores amistades? Esta pregunta ya corresponde a aspectos distintos de las normas morales de nuestro proceder “en lo que se piensa, se dice o se hace”. Tiene como finalidad un sano enriquecimiento afectivo recíproco, el que nos permitirá, a través del ejercicio de nuestra mejor comprensión, tolerancia y saber escuchar, ganar voluntades y amistad en nuestro propio ambiente y, lo que es más importante, en ambientes con interés, ideologías y creencias muy distintas a las de nosotros. Para lograrlo tenemos que adoptar una actitud implícita en toda práctica de una diálogo prudente y sabio: dudar de lo que nosotros pensamos, en beneficio de lo que piensan los demás. Aquí aparece otra vez la humildad, ya que no debe ser una duda “estratégica sistemática”, ni una duda que surja de la inseguridad, sino una duda prudente, que se origine en la reflexión de que no somos infalibles. La historia de la humanidad está plagada de afirmaciones sostenidas durante prolongados períodos por eruditos y estudiosos, que el tiempo demostró que no eran correctas. A medida que el conocimiento evolucionó, primero a través de la duda y luego por medio de la comprensión científica y empírica, la humanidad se hizo más prudente. No vayamos en lo personal, en contra de lo que la historia nos demuestra. A través de nuestra humanidad, cuidémonos también de nuestros sofismas, esto es de nuestras verdades a medias, en beneficio de las opiniones ajenas. Recuerdo que en mi juventud tenía rechazo por un libro muy publicitado, cuyo título era “Cómo ganar amigos”. Un día, haciendo antesala en el estudio de una prestigiosa firma de abogados, vi el libro en la mesa de la sala de espera. Lo tomé casi con repulsión y, luego de asegurarme que nadie me veía, comencé a hojearlo. Me detuve en una parte en que expresaba porqué no debíamos ser vehementes al exponer nuestras razones a un tercero: Primero, porque si finalmente no tenemos razón, nuestra vehemencia nos hace aparecer ridículamente desubicados y segundo, si la tenemos, nuestra energía al expresarla habrá lastimado al otro. Esto es: no habrá creado buena voluntad ni mejores amistades. Toda una enseñanza; por su contenido en sí y por mi prejuicio al rechazar el libro. 4 – ¿Será beneficioso para todos los interesados? Aquí, el sentido de “Beneficio”, adquiere una dimensión muy por encima de lo material; esto es: vuelve a aparecer la ética en la Prueba Cuádruple. Es un objetivo generoso, que obliga a nuestra inteligencia a esforzarse para encontrar caminos enriquecedores espiritualmente y esto surgirá, únicamente, si las soluciones a que se arriben, pasan primero por la justicia, luego por el equilibrio de esa justicia, es decir, de una justicia comprensiva y tolerante y no represiva y castigadora. Finalmente, esa justicia, debe pasar también por la comprensión de la situación de cada una de las partes. Del correcto entendimiento del sentido de esta pregunta y de la posibilidad de encontrar un camino conducente a lo que ella nos obliga, surgirá un sentimiento pleno y una sana amistad. Esto es lo que nos ofrece la Prueba Cuádruple, en el ejercicio de lo que pensamos, decimos y hacemos en nuestra vida de relación y aún con nosotros mismos.
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LOS CUATRO ACUERDOS
DE
LA SABIDURÍA TOLTECA:
1.- No supongas. No des nada por supuesto. Si tienes duda, aclárala. Si sospechas, pregunta. Suponer te hace inventar historias increíbles que sólo envenenan tu alma y que
NO TIENEN FUNDAMENTO. 2.- Honra tus palabras. Lo que sale de tu boca es lo que eres tú. Si no honras tus palabras, no te estás honrando a ti mismo; si no te honras a ti mismo,
no te amas. Honrar tus palabras es honrarte a ti mismo, es ser coherente con lo que piensas y
con lo que haces. Así, eres auténtico, y esto te hace respetable ante los demás y ante ti mismo. 3.-Haz siempre lo mejor que puedas. Si siempre haces lo mejor que puedas, nunca podrás recriminarte nada o arrepentirte de nada.
No haces lo que puedes… puedes, lo que haces. 4.- No te tomes NADA personal. Ni la peor ofensa. Ni el peor desaire. Ni la más grave herida, debes tomarlo personal.

No hay respuestas

Hay momentos en la vida que no tienen respuesta ni explicación; sucesos, acontecimientos, experiencias vividas, tantas cosas que no sabemos por qué suceden o por qué las debemos vivir. Muchas veces nos quedamos estancados buscando las respuestas y no avanzamos, porque nos da miedo continuar en medio de la incertidumbre que nos produce el no entender y no aceptar esas cosas que nos han de pasar. Amores que llegan y se van sin avisar, heridas, vacíos, enfermedades, caídas, pérdidas, caminos que se abren, puertas que se cierran, circunstancias que afrontar, decisiones que tomar; todo ello invade nuestra mente, llenándola de preguntas inciertas que no encuentran respuestas, nos llenan de angustia, atentan contra nuestra fe, se convierten en la piedra en el zapato que no nos deja seguir. Muchas de estas preguntas se convierten en cadenas que nos han de esclavizar, nos aferramos a ellas, y aunque quizás respondamos algunas, formulamos otras, porque nos hace falta buscar excusas que nos torturen y nos hagan dudar, fabricando temores que nos arrebatan la paz. Hay quienes discuten con Dios por la suerte que les ha de tocar, le culpan de todo, le pierden la Fe, se alejan de Él, tan sólo porque no entienden lo que es vivir y creen que hemos sido creados para sufrir. No busquemos respuestas que quizás no llegarán, hay cosas que suceden porque así deben ser, aunque no entendamos el porque y sintamos que no tenemos las suficientes fuerzas de asumirlas y continuar. No hay más opciones que vivir, seguir, creer, no perder la esperanza de que vendrán tiempos mejores que compensarán las luchas que hemos asumido valientemente, sin renegar por todo, sin rendirnos, sin renunciar. Alguna vez leí o escuché: Si las cosas tienen solución por qué me preocupo, si se pueden arreglar. Y si no la tienen, por qué he de angustiarme, sino hay más nada que hacer ni otra opción que tomar, que seguir, avanzar. Por eso, más que buscar respuestas, démoslas nosotros mismos con nuestro vivir y actuar, que quien nos encuentre en el camino descubra en nosotros que hay un Dios de amor que existe y que se manifiesta en lo más sencillo y pequeño, aún en todo aquello que no entendemos y que a veces nos hace dudar. No hay más respuesta que la fe que nos da fuerzas y nos llena de paz.