2011/07/07

el dolor ajeno

Así, en minúsculas, es como se puede hablar de lo que hemos estado presenciando los últimos días a propósito de la enfermedad del usuario de “La Trilla”. Pudiese parecer que es un caso fortuito y no vinculante, pero las evidencias son múltiples, van desde los viajes milagrosos para los “seguidores”, desde el viaje sin retorno de un funcionario publico muy notorio, a la salida del país de un cantante internacional aquejado por una dolencia  que lo mantiene en estado peligroso aun después del tratamiento en su país de origen, de los terribles casos  de los presos muertos por dolencias  posibles de sanar en condiciones “normales”, estos ejemplos, que no son todos los que se pueden mencionar, nos llevan a pensar que la causa socialista, si se puede llamar así, no tiene médicos en sus filas que le permitan a sus correligionarios hacer por su salud en suelo patrio, o que le aseguren a sus “aliados internacionales” tener un pizca de confianza en sus curruñas criollos a la hora de las enfermedades. Si a esto se le suma la abierta intención de hacernos creer que en el mar de la felicidad las cosas son mejores y que sus supuestos Doctores están mejor preparados que los que aquí se formaban, lo que produjo la invasión blanca de personas para el “Barrio Adentro”, se llega a una conclusión que indica varias posibles realidades:

1.- Ha sido necesario todo un proceso propagandístico para conseguir que se le de un “baño de María” al celebérrimo Hospital Militar, entidad que fue, en otras épocas, el sumun de la practica medica en el País. Si el gobierno fuese militar esto no se daría pues hace rato que ya estaríamos disfrutando de ese Hospital y  sus adelantos.

2.-Ha quedado demostrado con creces que no existe confianza entre la alta ”gerencia” del proceso que les permita yacer, en una cama de Hospital o de Clínica, con la seguridad de poder despertar al día siguiente.

3.-No hay diferencias entre los jerarcas y los de a pie, ninguno puede contar con lo que no existe. No hay un sistema de medicina socialista que le asegure el tratamiento adecuado a nadie. La situación actual así lo demuestra y ellos lo han puesto en evidencia sin pena alguna.

4.-El supuesto hecho de haber enviado las muestras de tejido enfermo a que los examinaran en laboratorios de Boston, USA, le da aun mayor vuelo al fondo de este escrito pues hasta para darle credibilidad a esta historia que se nos está contando se utilizan los laboratorios del “Imperio” haciendo presuponer que no existen otros laboratorios en el Universo Socialista que puedan tener la confiabilidad para tales fines.

Así que el titulo de esta nota parece estar bien encaminado pues solo es pena ajena lo que podemos sentir por un sistema que no vacila en quedar en ridículo nacional e  internacional, ante su propia gente y ante extraños, demostrando su atavismo por darle golpes a las mesas, pagar las féminas con la chequera y tratar de hacer ver que chequera mata cerebro y mueve montañas, sin importar los deslaves.

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