2012/04/12

Piñata electoral

Falta poco para que Hugo Chávez decrete una nueva Ley Orgánica del Trabajo, vía Ley Habilitante.
Apenas la semana pasada voceros de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores dieron a conocer 20 puntos de los tantos que tocará la Ley, entre los que destacan la retroactividad de las prestaciones y la reducción de la jornada laboral. El presidente Hugo Chávez, en su paso por Caracas el fin de semana, también se refirió a esa veintena de temas de esa Ley.
Pero, resulta que lo que Chávez y sus acólitos están cocinando a puertas cerradas NO es una Ley Orgánica del Trabajo, sino un instrumento cazavotos, sin importar lo que se lleven por delante con él.
Así que el país debe estar preparado para un mamotreto electoral contentivo de “beneficios” para la masa trabajadora, tanto formal como informal; para jubilados y pensionados del IVSS. Incluso, se podrían anunciar dádivas de todo tipo para desempleados, amas de casa, madres de barrio y pare de contar. Las formas de estas dádivas vendrán vía bonos retroactivos, incremento de ticket de alimentación, y cuanta prebenda se les pueda ocurrir.
De dónde saldrán los reales no es problema, para Chávez. Para eso tiene en sus manos la administración discrecional de una gigantesca caja chica que le permitirá llegar hasta octubre. Después de esa fecha tampoco habría problema alguno para Chávez, pues su Gobierno sólo tendría que retomar su práctica usual de desconocer los derechos laborales de los trabajadores del sector público.
Quien sí tendría problemas es el sector privado, el cual no sólo sería golpeado de inmediato, sino que seguirá noqueado mucho tiempo después de las elecciones. Es muy difícil hacer proyecciones de los costos que implica esta Ley electorera para el sector privado del país. Lo poco que se puede anticipar es la quiebra de muchas de las pequeñas y medianas empresas donde laboran tres de cada cuatro venezolanos.
La salida que quedaría es que el 8 de octubre Venezuela amanezca con un nuevo Presidente democrático electo. Así el nuevo Gobierno que éste instauraría en enero de 2013, aunque reconozca que la Ley tiene aspectos positivos, invocaría de inmediato su inconstitucionalidad, haría borrón y cuenta nueva, y llamaría a consulta de trabajadores, empleadores y Ejecutivo Nacional para crear un nuevo texto legal mejorado.
Para este recurso cuenta con dos argumentos muy válidos:
1) Que el artículo 203 de la Constitución obliga que la Ley Orgánica del Trabajo debe ser debatida públicamente entre trabajadores, empleadores y Asamblea Nacional.
2) Que los poderes habilitados de Chávez para atender la emergencia dejada por las lluvias, no le da derechos para legislar una ley orgánica. Menos aún, una que rija los derechos del trabajador, y que de paso sólo le está dando a los ciudadanos pan para hoy y hambre para mañana.
Disponible en inglés en: www.veneconomy.com

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