2013/01/15

7847.- Donemos un LIBRO

Cuantos libros has donado este mes?

No tiene que ser un incunable… puede ser de cualquier tipo…

Si quieres levantar tu ego, dedícalo…

Si quieres pasar desapercibido y guardar tu humildad, envuélvelo en periódico y entrégalo por mensajero…

Hace falta cultura en el pueblo pero no hace falta una “Casa de la Cultura”, al igual que la Iglesia, que somos todos, también somos la CASA DE LA CULTURA.

Donemos libros, en silencio, para que su voz se levante como tolvanera y nos cubra con su manto.

Leamos y dejemos leer… para que pensemos y dejemos pensar… para que actuemos y dejemos actuar…

Adelante… vayamos a luchar…

bibliotecasejemplares

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7846.-FÓRMULA PARA IR AL CIELO

Yolanda Dávila
En cierta ocasión le preguntaron a Ramesh uno de los grandes sabios de la India,lo siguiente:
"¿ Por qué existen personas que salen fácilmente de los problemas más complicados, mientras que otro sufren por problemas muy pequeños y se ahogan en un vaso de agua?"
... El simplemente sonrió y contó una historia . . .
Era un sujeto que vivió amorosamente toda su vida. Cuando murió, todo el mundo decía que él iría al cielo, pues un hombre tan bondadoso solamente podría ir al Paraíso.
En aquella época el cielo todavía no había pasado por un programa de calidad total. La recepción no funcionaba muy bien, y quien lo atendió dio una ojeada rápida a las fichas de entrada, pero como no vio su nombre en la lista, le orientó para que pudiera llegar al infierno. Y como en el infierno nadie pedía identificación, ni invitación (cualquiera que llegara era invitado a entrar), el sujeto entró y se quedó.
Algunos días después Lucifer llegó furioso a las puertas del Paraíso y le dijo a San Pedro:
"¡Eso que me estás haciendo es puro terrorismo! Mandaste aquel sujeto al infierno y  me lo está desmoralizando. Llegó escuchando a las personas, mirándolas a los ojos, conversando con ellas, abrasándose, besándose. El infierno no es lugar para eso, por favor trae a ese sujeto para acá”.
Cuando Ramesh terminó de contar esta historia dijo:
"Vive con tanto amor en el corazón que, si por error vas a parar al infierno, el propio demonio te traerá de vuelta al Paraíso"

Y, me digo: acaso no es esta una muestra fidedigna de Yolanda?

Ahhh Faraóna, sigue derrochando tu luz… gracias de parte de quienes la recibimos, con el mismo cariño y aprecio con que nos la envías.

7845. Elvira, siempre Elvira

Elvira Ablan Bortone
Hay en una cierta zona de África una forma muy peculiar para cazar los monos que azotan las plantaciones de banano. Los agricultores locales cortan un coco por la mitad, sacan lo de adentro con una cuchara, y lo reemplazan con un cierto confite que a los micos les encanta. Luego sellan de nuevo el coco, dejando nada más una ranura parecida a la de un buzón de correo que le permite al mono introducir la mano estirada. A continuación se esconden a esperar al primer mico que sin sospechar nada venga acercándose por los árboles.
Eventualmente aparece uno, huele el dulce y grita alborotado, - ¡Una golosina para mi!- se baja del árbol, levanta el coco, mete la mano en la ranura, y agarra la golosina. Pero cuando trata de sacar el confite, el puño cerrado no cabe por la ranura. Los hombres salen de su escondite y se van acercando. Con intensidad progresiva el mico sigue halando con toda su fuerza, sin ningún éxito. Algo en su mente le advierte que los ...cazadores se acercan y que si no suelta la golosina lo van a capturar. Pero no se puede liberar del deseo de poseer el apetecido tesoro que acaba de hallar. Sus perseguidores lo agarran, lo asan y se lo comen.
Esta es una parábola de lo que es la condición humana. Hay momentos en que nosotros también nos damos cuenta de que si seguimos dándole vueltas en la cabeza a un insulto o a un cierto deseo por un minuto más, vamos a ser atrapados por una de nuestras emociones que llamamos aflictivas, que al igual que los cazadores mencionados, nos van a consumir.
No queremos ser atrapados, pero queremos saborear unos segundos más ese deseo o ese plan de venganza. Entonces nuestros perseguidores, las emociones aflictivas, nos atrapan, nos ponen al rojo vivo, y ¡nos consumen! Lo único que tenía que hacer el mono era abrir la mano y soltar la golosina para poder saltar a un árbol y regresar a su libertad. Todo lo que nosotros tenemos que hacer es abrir nuestra mente y nuestro corazón y soltar lo que tengamos que soltar.
Thomas Keating

Agradecido a Elvira, compañera caminante, siempre trae algo bueno, desde la sonrisa hasta los chistes… gracias