2013/03/08

7887.-8 de marzo de 2013

VenEconomía Opina, 8 de marzo de 2013

El camino está empedrado
Hoy son las exequias de Hugo Chávez, aunque según se anuncia estará en cuerpo presente en la capilla ardiente en el Fuerte Tiuna por siete días más. Este viernes, Nicolás Maduro será juramentado por la Asamblea Nacional como Presidente interino, luego de lo cual es de suponer se anunciará la fecha de las elecciones, las cuales tendrían que celebrarse dentro de los 30 días consecutivos siguientes a la muerte de Chávez. No obstante, hay quienes afirman, que de nuevo se saltarán la norma constitucional y los comicios se fijarían para dentro de unos 45-60 días.
Independientemente de la fecha cuando se vaya a las urnas, la realidad es que los venezolanos dentro de muy corto tiempo deberán elegir a la persona que dirigirá sus destinos para los tiempos difíciles que están por venir. También independientemente de quien sea el elegido, Nicolás Maduro, Henrique Capriles Radonski, o cualquier otro, tendrán por delante que enfrentar espinosos problemas de toda índole.
En lo económico, encontrarán una PDVSA que no da para más. Por muy alto que esté el precio del petróleo, dada la escuálida producción y los barriles comprometidos con los préstamos a futuro, PDVSA no podrá mantener el nivel de gasto para servir las prebendas que estatuyó Hugo Chávez. El acceso a financiamiento externo, tan recurrido por el comandante, no será tan expedito ni siquiera con los socios chinos.
A la inflación no se le ve como contenerla, aún cuando en febrero se mostraron cifras relativamente bajas producto del buen tiempo y factores estacionales que empujaron a la baja las hortalizas, los tomates y las cebollas.
El problema de la escasez tampoco se resolverá a corto plazo, debido entre otras, a los puertos colapsados, la sequía de divisas, la falta de materia prima y de otros componentes indispensables para la producción de las industrias nacionales.
Los problemas sociales como escasez de viviendas, sistema de salud colapsado, insuficiencia de fuentes de empleo y la inseguridad a galope serán fuentes de presión y protestas.
Esto aunado a un país dividido políticamente en dos toletes.
El reto es grande para quien asuma el mando para el próximo sexenio y las medidas que se deben tomar son de difícil asimilación para una mayoría de venezolanos que fueron convencidos por la propaganda oficial que el país estaba boyante y en crecimiento.
VenEconomía no percibe que Maduro y su equipo tengan la visión de conjunto para aplicar los correctivos impostergables para girar el rumbo socio económico de Venezuela. Y aunque, se percibe que la Unidad Democrática y Capriles sí tienen claro cual es el camino a tomar, también les será una tarea ardua y compleja desmontar las mentiras de estos 14 años y sortear la impronta de un proceso que se enquistó en toda la institucionalidad democrática.

7887.- Grañón

Una noche inolvidable (5 y 6 de mayo del 2006)
A veces pasa que, por diversas circunstancias, un rato que pasamos en alguna parte se nos hace imborrable, se queda prendado en las neuronas y nos acompaña marcando distancias con otros sitios y otros momentos, así me pasó un día de mayo en Grañón.
Había estado caminando con unas gemelas con quienes me encariñaba por su extraordinario don de gentes, su bondad, su llanura. Pero ese día, en particular, no sé porqué, nos habíamos distanciado en el camino. Mis tobillos, maltrechos por la cuna que mis pies hacían en los viejos zapatos de marcha, me hacían sufrir una tendinitis. La marcha se me hacía pesada y, para cuando arribamos a Grañón caía ya la tarde y la amenaza de lluvia se hacía cada vez más real.
El pueblo, típico de la zona, no contaba sino con un albergue, adosado a la vieja capilla y lleno del sabor de tradición que se remontaba a los famosos trece frailes que por años hicieron vida clerical en el. Alguna vez se cansaron de pasar trabajos y buscaron otros rumbos, dejando abandonada la capilla y motivando a los parroquianos a buscar un uso productivo del edificio, que a la vez contribuyera a la salud religiosa de los coterráneos.
Nada mejor entonces que apegarse al programa del Camino y ubicarse como uno de los albergues naturales. La vivienda de los frailes fue refaccionada, se mejoraron los servicios, se destinó un área para la eufemística lavandería, se dotó con colchonetas sillas, mesas, etc., y se buscaron Hospitaleros voluntarios para que se encargaran de ofrecer el albergue a los cansados caminantes que por allí aparecieran.
El Hospitalero de turno se llamaba Ernesto y, por la gracia de Dios, nos tocó en suerte. Nada más llegar nos informó de la minucia clásica y trivial de los albergues. Y desde ese momento, milagro, comenzó la diferencia. Ernesto nos sorprendió por su don de gentes, por su capacidad para hacerse entender por personas de diversos idiomas, sin ser políglota, por su manera de fomentar el trabajo en equipo, por sus dotes de líder carismático, por su comprensión de las debilidades de los humanos, por su incansable ánimo y espíritu de colaboración.
Lo primero fue decirnos que en ese albergue no se pagaba nada, que quien quisiera contribuyera colocando los denarios en el cofre que se nos mostraba y que, si es que alguien necesitaba, que tomara lo que estimara conveniente.
Luego se nos indicó que con las colaboraciones se hacía la comida, se disponía de café y jugos y frutas y galletas y que no teníamos cena prevista pero que él estaba totalmente dispuesto a colaborar si es que queríamos cenar todos juntos…
Apareció entonces un caminante que dijo llamarse SALADINO y se ofreció para ser el cocinero del festín que pretendiéramos, alguien habló de Paella, alguien dijo ensalada, alguien dijo vino, alguien más con mente muy práctica dijo de lavar los trastos al terminar y en pocos segundos salieron Ernesto, SALADINO y muchos otros, a comprar los alimentos.
A todas estas, el cielo inclemente se dejo caer sobre nosotros y un señor palo de agua comenzó a tratar de meterse en nuestro albergue. También motivó a que otros caminantes se acercaran al sitio, huyendo de caminar bajo la lluvia.
La música de fondo, música gregoriana, se metía en nuestras mentes y creaba un ambiente magnético y mágico. Quienes hasta ese momento apenas si se cruzaban miradas en el Camino, comenzaron a comunicarse. Todos trataban de ser útiles en la cocina y en cuantas tareas menores se presentaban. La paella comenzó a tomar forma en un recipiente que, por casualidad estrenamos ese día. ¡Qué paella! SALADINO dijo ser de Valencia y se aplicó como para un concurso culinario. Cerca de 80 comensales nos aprestamos a juzgar esa maravilla. Quienes salieron a comprar las vituallas trajeron cuanto pudieron de lo que encontraron en la tiendita del pueblo y alguien, a la puerta de la cocina, se dedico a responder a los caminantes que preguntaban cual debía ser su apoyo para la cena: “Vaya usted a la tienda y tráigase unas tres botellas del vino del pueblo…”
Cuando el Párroco arribó, la paella estaba casi lista y los caminantes ya estábamos en la fase de cantar todos en conjunto. La misa en aquella capilla, con todo el pueblo a nuestro lado, con los truenos repicando y las sombras apenas sometidas por la luz de las bombillas y las velas, dio un giro a nuestra velada. Se escuchaba que cada quien contestaba las oraciones de la misa, en su idioma. La Torre de Babel al unísono…
Y luego, la cena… cuentos de caminantes, risas alegres en medio de la tormenta, una claraboya que se destapa y cientos de manos que se alzan para cerrarla; las naciones unidas en su forma más democrática, ninguna nota discordante. Aplausos para los cocineros, palabras de aliento para Ernesto y su trabajo, solidaridad para quienes hacían el Camino en difíciles condiciones físicas. Seres humanos unidos por un objetivo común derivado de las más diversas motivaciones.
Stefano cantando y Luciano tocando la guitarra, Wil descansando y haciendo fuerzas para el resto del camino. Franceses, Italianos, Daneses, Españoles, Ingleses, Argentinos, Venezolanos, Singapurenses, Croatas, Checos, Eslovenos, Japoneses, Norte americanos, Canadienses, Alemanes, Brasileros, Mexicanos, Australianos, Nueva zelandeses…
Nunca supieron sus naciones cuan elocuentes fueron sus embajadores…
Nunca supieron los embajadores porqué fueron los escogidos para estar esa noche allí…
Nunca supieron que tan honda huella dejaron en quienes fueron sus compañeros de esa noche.
Por algún secreto designio divino esas personas dieron vida a unos instantes de compañía que serán imborrables de sus mentes. Algo los motivó a mantenerse abiertos hacia los demás e hizo que la luz de las velas que tremolaban en la oscura noche pasara a ser menos que innecesaria, pues sus rostros irradiaban tanta alegría y felicidad que llenaban de luz el escenario de la antigua iglesia y casa parroquial.
Pasaban las horas y, a diferencia de todas las demás noches del camino, no había prisa para dormir ni importaba demasiado la continuación del camino a la mañana siguiente. Ni una sola nota discordante en esa noche. Nada disturbó el agradable momento. No hubo dolores ni malos recuerdos. Ni los ronquidos se sintieron esa noche.
Gracias Ernesto. Fuiste el instrumento que ayudó a poner la magia en el ambiente. Sin quererlo estableciste la diferencia para calificar albergues y hospitaleros.
Lastima que mis amigas, acostumbradas a vida de ciudad, no nos acompañaron esa noche, no les caían muy bien las colchonetas en el piso de madera y decidieron seguir a otro pueblo (Redecilla del Camino), sin importar la lluvia, ojalá y hayan tenido la oportunidad de encontrar la noche de felicidad que nosotros disfrutamos.

7886.- Repetición del 7746

Honrar honra… reedito el 7746 por cuanto ayer algunos amigos me hablaban de HOSVOL, los hospitaleros voluntarios, me preguntaban si de verdad existían, si eran útiles los cursos que se impartían…

Mejor que otros cuentos de camino, para mi lo vivido me dejo huella imborrable. Por eso hoy lo reedito dando de nuevo y como siempre las gracias, infinitas gracias a esas personas que dedican su vida a darle cariño al CAMINO: 

Comencé a caminar en España en el año de gracia del 2005 y tuve la suerte de pasar por Grañón una noche en que llovían perros y gatos. Esa noche fue de mucha importancia para mi vida pues me enfrente a la realidad de la vida del HOSPITALERO VOLUNTARIO, gracias a ese desconocido que allí hacia de Director de Orquesta. Llegué allí tocado por el camino…Días atrás una pareja de enfermeras de urgencias me enseñaron en muy viva demostración, lo que es entregarse al cuidado de otro ser humano en cuerpo y alma. Ante el sufrimiento de un peregrino que hacia el camino convaleciente de una severa operación abdominal, se enfrentaron a la ira de un medicucho que, falto del valor hipocrático, les reclamaba el haber solícitamente atendido al enfermo ( léase darle cariño y comprensión) mientras esperaban que pasara la noche y el galeno apareciese cuando a bien tuviera. Demostraciones sobre el hacer y el no hacer. Demostraciones de cómo atender a los peregrinos.

De manera que la mente estaba predispuesta para evaluar el trabajo de los albergues y, gracias a Dios, al llegar a Grañón, con todo y las limitaciones de ese día y del gran numero de peregrinos, y del peregrino de la operación, nos encontramos con estas personas que nos devolvieron la fe en la humanidad.

Al año siguiente solicité se me incluyese en uno de los Cursos que dictaron en Logroño y, cuando me aceptaron, planifiqué mi Camino del 2006 para coincidir con el curso y continuar posteriormente hacia Santiago.

Maravillosa fue esa experiencia, me gusto la planificación, la ejecución, el contenido, los presentadores, las presentadoras, el ambiente, el material de apoyo y, por encima de todo, conocí personas de gran valía… Hasta el NACHO me aceptó que lo llamara por este nombre… Ana, Marta, Allende, y las demás chicas y chicos que Aloise me guarda tan bien en el cerebro, hicieron que esa tan corta cita fuese una de las mejores experiencias de mi vida. De allí salí con la esperanza de que hubiese la oportunidad de presentarme como Hospitalero ese mismo año, por lo que muy grande fue mi alegría cuando a vuelta de teléfono me informaron que mas adelante en el Camino, en Ponferrada, me esperaban en tal y cual fecha para que debutase como figura.

Dicen que las cosas buenas y malas viene juntas, ese año fueron las buenas las que salieron adelante en mi camino… me presente en Ponferrada con unos cuantos días de antelación a la fecha prevista y eso me dio la oportunidad de conocer a Joseph, el Hospitalero a quien reemplazaría. Caballero de las islas británicas, parco, calmado, hábil, inteligente, paciente… muy paciente, me explicó los detalles, me presentó a los demás integrantes del grupo, me puso en autos…

Y claro, conocí a quienes manejaban el Albergue, a Miguel Ángel, cabeza visible del clero local a los efectos del albergue, solucionador de problemas, medico de cuerpos y almas, mediador, siempre dispuesto a meter la mano por los demás. Evaristo, el hombre rudo asturiano que se nacionalizó como alberguero de Ponferrada y allí se quedó, casi sin salir, de pocas palabras, honrado, vigilante… a Él y a Joseph les obsequié, en muestra de mi amistad, una estatuilla de un Templario, porque en ellos vi representado, con creces, el espíritu indomable del apoyo a la causa.

Y un buen día, magnifico realmente, se apareció por allí el Señor José. Señor con S mayúscula, mecenas del Albergue… gracias a su generosidad se construyó y se mantiene ese albergue. Nadie mas que el tiene la “culpa” de que ese albergue exista… combatiendo en todos los frentes y contra todas las banderas… a pesar de las triquiñuelas y dimes y diretes y nacionalidades y demás banalidades pueblerinas… se construyó, se refacciona, se piensa en su futuro y sigue siendo uno de los mas grandes y mejores Albergues que he conocido en mis seis Caminos de Santiago.

Niño pequeño: problema pequeño… Niño grande: problema grande… Mayor cantidad de “Asesores”, mayor cantidad de “gorrones”, mayor cantidad de Peregrinos, mayor influencia en la comunidad, mayor posibilidad de recibir “visitantes no deseados”, todo ello resumido en labor de Hospitalero de 24X24X15… Grandes y múltiples áreas de servicios que requieren de una muy prolija limpieza pero, con cuanto orgullo te diriges a la puerta de entrada de los peregrinos para abrirla, después de haberle pasado revista a todo el complejo y estar satisfecho con lo que has inspeccionado.

Es muy gratificante y hay que darle gracias a Dios por habernos permitido estar allí colaborando con esas personas que jamás nos recordarán, contribuyendo a que su descanso en una noche de su vida fuese agradable, fecundo, natural, no recordable por incidentes tontos sino por amabilidad, buenas costumbres, tranquilidad y bonhomía.

Esto me lo enseñaron en mi curso de Hosvol, lo reconozco, lo agradezco y lo promociono.

Muchísimo me gustaría acompañarles en las reuniones de Diciembre, pero… “la Mies es mucha y los obreros pocos”… “El vuelo es largo y el dinero es poco”.

Pido al señor me de la oportunidad de visitarles y acompañarles en algún momento en algunas actividades para tener en vivo todo lo que ahora es solo recuerdos… muy gratos, pero… recuerdos…

Chao.