2013/06/25

8080.- Las 500 palabras diarias...

Esto de obligarme a escribir 500 palabras cada madrugada está pasando a ser una obligación de múltiples derroteros. Generalmente me levanto, cumplo con mis abluciones mañaneras, cuelo unos dos litros de café y, armado con el optimismo de siempre me siento frente a la maquina y me encomiendo al Creador...
No sé de qué carrizo voy a escribir, por eso dejo que la mente vague por diversos caminos y cuando alguna palabra, por algún secreto designio, llama mi atención, me dedico a ella...
Palabras hay, por millones, temas, también los hay, no quiero ser demasiado recurrente, a veces leo las noticias que aparecen en los diarios, o mejor dicho en el diario que por casualidad leo de primero esa mañana; otras veces voy al facebook y encuentro la palabra en alguna de las comunicaciones de los amigos. Soy muy afortunado pues mis amigos escriben cada día, sobre muchos aspectos y, claro, sobre lo que nos llena la cabeza a todos los ciudadanos de nuestro país. 
No soy político de profesión pero la vida profesional me colocó en la coyuntura de estar analizando situaciones para apoyar el desarrollo de organizaciones, bien fuese para planificar su futuro, para programar su presente de entonces o para auditar su comportamiento a la luz de los hechos  que en su desarrollo  incidían con la organización.
Soy amante declarado de la "investigación de operaciones" y siempre que puedo doy gracias a quienes fueron mis profesores en estas materias gerenciales, tanto en pregrado como en postgrado, pues me colocaron muy cerca de estas magnificas herramientas. La profesión me dio la oportunidad de ponerlas   en acción en lo que fue mi campo de trabajo y, después de la jubilación, las empresas donde me desempeñé fueron pacientes conmigo y me permitieron demostrar su valía. La Santa  Inquisición hecha gerencia, eso es la investigación de operaciones, solo que es una forma muy pragmática de ver las situaciones.
El pragmatismo en la formación nos lleva al eterno cuestionar los “que, como y porque de las cosas” sin olvidar el cuándo, el costo, el para qué, el quienes, el famosísimo plan alterno y, claro siempre el y si…
Por eso en las madrugadas siempre hay mucho de que escribir y no hay necesidad de estar sesgado al norte magnético, o al norte geográfico, para divertirse dentro de la tristeza o para llorar dentro de la alegría que producen las informaciones que llegan a nuestra terminal de datos.
Inicio este párrafo con 405 palabras ya escritas, solo me faltan 80 en este instante. Ok, ahora viene lo bueno, que hago con estas palabras? Siempre he pensado que es la humildad la virtud a seguir… está claro que una escritura tal como la he descrito, sin ton ni son, no puede recibir, de ninguna manera, crédito alguno. No obedece a nada, no tiene sentido de continuidad, no representa sino la vanidad personal de alguien que "se cree" con vena de escritor y, de esos, hay por millares en el mundo… por eso, no sirve.