2013/12/07

8197.- Pienso, luego existo...


Nunca se van del todo
    • Los teletipos de todos los informativos nos daban la noticia que era portada en todos los medios de comunicación “Cerca del el cabo de Buena Esperanza, se ha visto como una estrella negra, ascendía hacia el firmamento”
      Se iba para siempre una persona que independientemente de lo que haya sido en su vida, a la mayoría de los que nos quedamos aquí, nos ha dejado un poso de aire fresco de ilusión, de esperanza y sobre todo de creer de nuevo en el ser humano, de saber que todavía queda gente que merece la pena porque su ejemplo nos ayuda a seguir adelante.
      Inicialmente, fue popular porque había estado la mayor parte de su vida encerrado, ni tan siquiera los que le metieron en aquella celda rebajándole a ser simplemente el número 46664, consiguieron cortarle las alas de la libertad, porque hay personas que siempre serán libres independientemente del lugar en el que se encuentren. Lo contrario que otros que estarán permanentemente prisioneros de su ambición, aunque se encuentren en el lugar más paradisíaco del mundo.
      Pero si algo nos ha dejado este alma grande, ha sido la generosidad con la que supo afrontar una posición de poder, porque aplicándola, renunciaba a la fuerza que tenía en beneficio de la estabilidad de su país.
      Cuando pienso en esas almas grandes que la historia nos ha ido obsequiando, siempre me vienen a la memoria las personas más desfavorecidas y de razas que siempre se las ha considerado menores, pero que grandes eran aplicando la generosidad a la que destinaron sus vidas.
      Gandhi, Luther King,……y ahora Madiba, nos dejan, abandonan este mundo que fue tan injusto con ellos y les ocasionó tanto dolor, por lo que a veces dejarlo, supone una liberación para quienes han sufrido tanto.
      Llegasteis a ser tan diferentes y sin embargo os mostrabais tan humildes, que os convertisteis en grandes, tanto que con el tiempo fuisteis respetados hasta por aquellos que no pensaban como vosotros y que fueron el motivo de vuestra lucha.
      Siempre he creído que las ideas geniales las llevan a cabo las personas más humildes porque convierten las cosas sencillas en espectaculares. Ellos, lo consiguieron, se apoyaron en una rueca, en un sueño o en un partido de rugby, lograron aglutinar a un heterogéneo pueblo y encendieron esa llama que luego todos siguieron y que ha servido para que las generaciones futuras no se encuentren en la oscuridad en la que siempre se han sentido.
      Pero, nunca se van del todo, dedicaron una vida a darnos ejemplo y sería injusto que cuando se marchen, se lleven con ellos ese bagaje que los hizo destacar sobre sus semejantes.
      Se llevaran parte del ejemplo que consiguieron darnos, pero una buena dosis, la han dejado para nosotros, es su herencia, esa antorcha que cada uno debemos retomar para que esa llama que un día consiguieron encender no se apague nunca.
      Ese espejo en el que podemos mirarnos, si lo hacemos, es el mayor tributo que podemos ofrecer a su memoria y demostrar que cuanto hicieron no fue en vano, porque de su lucha, han conseguido dejar ese poso que puede y está cambiando esta sociedad que sin personas como ellos sería completamente distinta.
      Esos espíritus inmortales, se encontrarán observando desde el firmamento en el que se encuentren, si el testigo que ellos dejaron, fue depositado en buenas manos y nosotros, para que su memoria no se olvide nunca, debemos seguir su ejemplo, nunca seremos tan grandes como ellos, pero entre todos podemos ser esos granos necesarios para que germine una gran cosecha.
      Gracias por tu sacrificio y por lo que a mi respecta, seguiré rebelándome ante la injusticia dentro de mis limitadas posibilidades, es lo menos que puedo hacer porque soy consciente que te lo debo.