2014/04/15

8428104.- El Catire Paez.-


Humberto Zárraga 8 de julio de 2013 

MAYO 6, 1873. NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS. 
MUERE EL GENERAL JOSE ANTONIO PAEZ, UNO DE LOS MAXIMOS HEROES DE LA INDEPENDENCIA VENEZOLANA…
El General José Antonio Páez falleció en Nueva York el 6 de mayo de 1873, cuando contaba con 83 años de edad. Su muerte se produjo a las siete y veinticinco de la mañana, en una modesta casa marcada con el número 42 de la Calle 20 Este, Asistido por el Médico A. K. Gardner su muerte se produjo debido a una bronconeumonía, resultado de un fuerte resfriado, probablemente adquirido en los paseos a caballo que acostumbraba a realizar por el Central Park, en las semanas previas a su fallecimiento, debido al frio clima neoyorkino.
El general Páez fue el más longevo de todos los próceres de nuestra independencia y como tal, quien más actividad militar y política desarrolló.
José Antonio Páez Herrera de Mendoza Xaimes de Agüero, nacío en el poblado de Curpa, para aquel entonces perteneciente a la Provincia de Barinas, (Hoy Estado Portuguesa), el 13 de junio de 1790 fue un destacado militar y político venezolano de ascendencia española canaria. “El Centauro de los llanos”, como bien se le calificó por sus hazañas guerreras a favor de su patria, fue presidente de la República de Venezuela en tres ocasiones (1830 a 1835; 1838 a 1843 y 1861 a 1863).
Páez fue uno de los más destacados próceres de la emancipación de Venezuela y se le considera entre los principales representantes del caudillismo americano. Fue protagonista del nacimiento de la república y colaboró en la creación de los símbolos patrios, de la iconografía procera y territorial de Venezuela y de Colombia. Fue uno de los ideólogos de la consolidación del Estado de Venezuela. Recibió el honroso calificativo de "Centauro de los llanos" por su numerosas victorias entre las que destacó la Batalla de Las Queseras del Medio.
Para el momento de su fallecimiento, estaban a su lado, su hijo Ramón Páez Ricaurte y muchos emigrados políticos como él, que quisieron tributarle una prueba de ese amor y respeto que por tantos títulos se hizo acreedor el anciano, querido y respetado general venezolano.
En la prensa americana de ese día 6 de mayo, apareció lo siguiente: “Murió pobre, emigrado de su país natal, del suelo que libertó con su pujante lanza, con el fuego de su corazón y con la energía de su espíritu ardiente como el sol que baña los inmensos llanos que fueron la cuna de este ilustre campeón de la independencia americana; como si la Providencia hubiese querido recibirle en su seno maternal, en los momentos de su muerte, en la misma condición humilde y sencilla en que le dio el soplo de vida en la ignota población de Curpa…”
Murió casi en la miseria y en sus últimos años se le veía llevar una vieja ropa remendada. Su cadáver fue embalsamado gratuitamente por el médico Federico Gálvez. Su cadáver sería sepultado en una parcela municipal del Marble Cementery por no contar con dinero suficiente para adquirir una parcela privada. Allí sus restos permanecieron durante 15 años y estuvieron a punto de ser colocados en una fosa común, por cuanto no había dejado bienes de fortuna a sus familiares para que estos cubriesen los gastos de un sepulcro digno y privado”. Así, en esas precarias condiciones murió un héroe, el gran prócer venezolano José Antonio Páez, pobre pero millonario en dignidad, pundonor, rectitud, honorabilidad, probidad y patriotismo, dejando de esta forma un imborrable legado de honradez y amor a la patria a las nuevas generaciones de venezolanos y sin que ningún granuja pueda siquiera empañar su memoria.
Gráfica original del general José Antonio Páez. Año 1863.
Se cumplió en Él, el adagio de que a mayor grandeza, mayor humildad, cuan diferente de la hormigas de voz atronadora que deambulan por las alpargatas de los dueños...


     










8428102.-. Proclamas de El Libertador

Proclamas del Libertador Simón Bolívar
Portada de Proclamas del Libertador Simón Bolívar

Descripción:
 “Para cumplir tan alta empresa, Bolívar debía poseer dotes extraordinarias, y las poseyó en efecto: amor a su suelo nativo, libre de vulgares ambiciones; amor a la libertad, llevado hasta el delirio, hasta el fanatismo; gran corazón a prueba de los mayores reveses e infortunios, y aquel rayo de fuego del cielo que se llama genio en el lenguaje de los hombres.”

8428101.- Ultima Proclama de El Libertador.-

10 de diciembre de 1830 Última Proclama del Libertador
El 10 de diciembre de 1830, desde su lecho de moribundo, el Libertador dictó su última proclama. Firmó su testamento y recibió los Santos Sacramentos de manos del humilde cura de la aldea de Mamatoco, quien llegó en la noche con sus acólitos y varios indígenas.Luego, rodeado de sus más íntimos amigos, como José Laurencio Silva, Mariano Montilla, Joaquín de Mier y Fernando Bolívar, el notario Catalino Noguera empezó a leer el histórico documento, pero apenas llegó a la mitad, porque la emoción y el dolor le ahogaron la voz. Continuó la lectura Manuel Recuero. La última Proclama dice así:

Simón Bolívar,
Libertador de Colombia, etc.
A los pueblos de Colombia
Colombianos:
Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiábais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.
Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales.
¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
Hacienda de San Pedro, en Santa Marta, a 10 de diciembre de 1830.

8428103.-

Yolanda Davila

William Shakespeare decía
: Siempre me siento feliz, ¿sabes porqué?.
Porque no espero nada de nadie; esperar siempre duele.
Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte.
No permitas que nadie te insulte, te humille o te baje la autoestima. Los gritos son el alma de los cobardes, de los que no tienen razón.
Siempre encontraremos gente que te quiere culpar de sus fracasos, y cada quien tiene lo que se merece.
Hay que ser fuertes y levantarse de los tropiezos que nos pone la vida, para avisarnos que después de un túnel oscuro y lleno de soledad, vienen cosas muy buenas. “No hay mal que por bien no venga”.
Por eso, disfruta la vida que es muy corta, por eso ámala, se feliz y siempre sonríe.
Solo vive intensamente para ti y por ti.
Recuerda: Antes de discutir…respira; antes de hablar…escucha; antes de escribir…piensa; antes de herir…siente; antes de rendirte…intenta; antes de morir…VIVE.
La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino aquella en que cada individuo aprende a vivir con los defectos de los demás y a admirar sus cualidades.
Que quien no valora lo que tiene, algún día se lamentará por haber perdido y que quien hace mal algún día recibirá su merecido.
Si quieres ser feliz haz feliz a alguien, si quieres recibir, da un poco de ti, rodéate de buenas personas y sé una de ellas. Recuerda, a veces de quien menos esperas es quien te hará vivir buenas experiencias¡.
Nunca arruines tu presente por un pasado que no tiene futuro.
Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida. Aún con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa “Estoy bien”.