2014/11/29

246097.- El Limonero de Anton

Tiempo atrás se acercaron a mi casa Antón Garate y  Celina, su esposa,  pareja Rotaria de larga data, amigos entrañables, soldados de la generosidad , virtuosos, leales, íntegros,  portando un pequeño limonero, venían con la viva intención de sembrarlo en el patio de entrada y, para ello, venían armados de las herramientas de jardinería, como para asegurarse que no habría escollo alguno a sus fines. Con gran empeño emprendieron su trabajo y al poco rato ya el pequeño arbolito se mostraba henchido de la emoción de estar sembrado en buen espacio, al abrigo de otros árboles, mayores que el en edad y en tamaño… parecía que el arbolito se alegraba por lo que estaba sucediendo, parecía existir un halo de felicidad a su alrededor y era una sensación compartida por todos los presentes…

Ese día Anton nos trajo como obsequio, además, una pequeña hoja escrita con su letra temblorosa… rasgada a mitad con manotazo firme…  seis líneas de un poema que era el retrato de su visión de la vida:


Si en la Lid, el destino te derriba
Si todo en tu camino es cuesta arriba
Si tu sonrisa es ansia insatisfecha
Si de tu esfuerzo solo obtienes vil cosecha
Si en tu camino se interponen diques
Date una tregua, pero “NO CLAUDIQUES”

ANTON

El “SI” de ANTON es un SI valioso como lo es todo lo positivo, y para ustedes muchachos, jóvenes amigos, Scouts, llenos de la esperanza en un mundo mejor que les tocará enfrentar y ayudar a construir, a ustedes que hoy visitan nuestra casa, quisiera recordarles un famosísimo poema de Rudyard Kipling escrito en 1896, hace 118 años:


SI
Si puedes conservar la cabeza cuando a tu alrededor
todos la pierden y te echan la culpa;
si puedes confiar en tí mismo cuando los demás dudan de tí,
pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;
si puedes esperar y no cansarte de la espera,
o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,
o siendo odiado no dar cabida al odio,
y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría...
Si puedes soñar y no dejar que los sueños te dominen;
si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso (desastre)
y tratar a estos dos impostores de la misma manera;
si puedes soportar el escuchar la verdad que has dicho:
tergiversada por bribones para hacer una trampa para los necios,
o contemplar destrozadas las cosas a las que habías dedicado tu vida
y agacharte y reconstruirlas con las herramientas desgastadas...
Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;
y si puedes obligar a tu corazón, a tus nervios y a tus músculos
a servirte en tu camino mucho después de que hayan perdido su fuerza,
excepto La Voluntad que les dice "! Continuad!".
Si puedes hablar con la multitud y perseverar en la virtud 
o caminar entre Reyes y no cambiar tu manera de ser;
si ni los enemigos ni los buenos amigos pueden dañarte,
si todos los hombres cuentan contigo pero ninguno demasiado;
si puedes emplear el inexorable minuto
recorriendo una distancia que valga los sesenta segundos
tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más, serás un hombre, hijo mío.