2016/04/17

263655.- Monte de Gozo

{ TRIBUNA libre } elcorreogallego.es

17/04/16

MARIO CLAVELL

Recuperar la visión de la Catedral desde el Monte do Gozo

La tradición de siglos nos habla del descubrimiento visual de la Catedral desde esa cumbre. Pero unos eucaliptus plantados en época contemporánea impiden esa visión y un acto de fe sustituye aquel golpe de vista. La restitución de ese punto señero es obligada.
Llegas anhelante al Monte do Gozo y te han dicho que desde ahí ves por primera vez la Catedral de Santiago.  Lo dicen guías y testimonios multiseculares. Pues no hay tal. Ahí campea el ciclópeo tronco de pirámide rematado por dos pedazos de aluminio oxidado colocados en los años noventa. Son autoría de Yolanda D’Augsburg (Brasil, 1944), que nos dejó un enorme abstracto peregrino en la rotonda que da entrada al aeropuerto: este gigantón es sugestivo pero el momio del Monte do Gozo es una engañifa. Te haces la foto porque lo pide la ocasión pero tienes que desviarte doscientos metros hacia el sur para descubrir las torres del Obradoiro desde los entusiásticos bronces de José María Acuña (1903-1991) que fueron colocados ahí en 1993. Es un honrado conjunto hiperrealista y honrado, que llena de emoción el lugar. Ambos conjuntos escultóricos están pidiendo ser colocados en forma inversa.
El Codex Calistinus, menciona tres veces el Monte del Gozo (Mons Gaudii) y su capilla de San Marcos, desde aquel su siglo XII en que fue redactado.
Conocemos el relato de un inglés del siglo XIV que describe el Mount Joie, como un milladoiro, con muchas piedras arrojadas por peregrinos al final de su viaje. Y los relatos de los siglos siguientes, de mano de von Künig (s. XV), Domenico Laffi (s. XVII), Manier (s. XVIII), que mencionan el Monte do Gozo como el punto del que se divisa por primera vez la Catedral.
Un testimonio muy expresivo es el del mencionado  Laffi (siglo XVIII): “llegamos a una colina llamada Monte del Gozo, desde donde contemplamos la tan deseada ciudad de Santiago, a media legua de distancia. Al verla, caímos de rodillas y comenzamos a llorar de alegría y a cantar el Te Deum. Pero no pudimos recitar más de dos o tres versos porque la gran
cantidad de lágrimas vertidas por nuestros ojos no nos dejaban articular palabra. La emoción que estremecía nuestros corazones y los continuos sollozos nos obligaban a  detener el canto hasta que por fin desahogados por el llanto, que poco a poco fue cediendo, volvimos a entonar el comenzado Te Deum y de este modo, cantando, hicimos el descenso hasta la ciudad”. Y así era hasta que modernos e intrusivos eucaliptus han impedido esa emoción.
Los relatos de peregrinos contemporáneos -siglo XX, siglo XXI- aluden a esa visión excitante pero, ¡ay!, como algo pasado. En marzo de 2014 coincidí en la cumbre del Monxoi con Claudia y su marido Juan; con su teleobjetivo, éste tomó unas fotos de las torres del Obradoiro desde aquel punto. ¡Se ven!, claro que se ven, como fueron vistas desde hace ochocientos años, ahora entre el agite de las ramas de los enfadosos eucaliptus.
El vigente Plan Director para el Camino de Santiago, no incluye la recuperación de ese punto de altísimo interés en la peregrinación. En un prolijo discurso por parte de los responsables de Turismo de Galicia pronunciado en febrero había hueco para la revisión del Monte do Gozo como lugar alto de la peregrinación. Me siento culpable de no haber aprovechado la ocasión para suscitarlo. Lo hago ahora. Todavía es tiempo y la prensa ejerce su función publicando estas observaciones que son sugerencias.

263654.- Pensamientos perdidos y encontrados

El Arte De Abrir El Corazón

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Hace varios días me encontré con un párrafo titulado “El arte de abrir el corazón” y no era precisamente un párrafo de medicina. (Pido disculpas al Autor pues olvidé tomar su nombre; sin embargo, se que quien escribe algo así es persona de ideas para el mundo y no de ideas para el Ego. Gracias si es Usted el Autor del Párrafo.)
Cito:

"Abrir el Corazón es un acto de generosidad, un ejercicio de honestidad con nuestro ser interior, deseoso de dar lo mejor de si.

Abrir el Corazón es apuntar a lo mas sublime de cada ser, reconociendo en los demás aquello que también esta en nosotros.
Abrir el Corazón es ser sinceros por encima de todos los engaños que nos hacen aparentar ser fríos e invulnerables.
Abrir el Corazón es amar incondicionalmente la vida y a los demás, por encima de las dificultades.
Abrir el Corazón es sembrar la semilla selecta que hemos guardado para el mejor momento: "ahora".
Abrir el Corazón es no preguntar por que, y dar sin pedir explicaciones.
Abrir el Corazón es llevar ese río de néctar para poder saciar la sed de cuantos seres habitan este reino de existencia.
Abrir el Corazón es tocar a cada ser como a las delicadas alas de una mariposa."


Abre tú el Corazón, porque ese es el mejor maestro, el que puede hacerte llegar al conocimiento mas profundo.
Que siga lloviendo en nuestros Corazones, para que nuestro jardín se inunde de flores y amor.

Este "Arte de abrir el corazón" lo encontré una noche, leyendo en Internet; pensé que sería de provecho el prepararlo para el minuto, y pensé también que cada vez que encuentro algo para el programa, mi corazón se llena de gozo, pues son pequeñas gotas del conocimiento que la humanidad se transmite en muy diversas formas, no solo en la sequedad de las formulas ni en el rigor de la deducción analítica, sino también en estos pensamientos que, adentrándose en nuestras neuronas, hacen de nosotros, ciudadanos del mundo, una raza en proyección al futuro, una raza capaz de hacer el bien deliberadamente, una raza capaz de enmendar sus propios errores, una raza con posibilidades de triunfo, pues con el mágico don del libre albedrío es capaz de enrumbarse con responsabilidad y serenidad por los senderos que su propia conciencia le va trazando.

Somos los responsables del mundo, de nuestro mundo.